lunes, 30 de noviembre de 2009

Diferencia de Sexos

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Hasta que tuve siete años no pude establecer ninguna diferencia entre los sexos.

Iba a decir (los dos sexos), pero actualmente existen tantas variedades que, si alguien dice (los dos sexos) se expone que lo cataloguen de caduco y anacrónico, preguntándose en que cueva habrá residido los últimos años.

La primera vez que me di cuenta de que existía un mundo fantástico fue cuando vino un día a visitar a mi madre la única tía de mi familia que estaba cargada de dinero, y mucho aire piripi. Era la esposa de un gran fabricante de tejidos y, aunque todavía era joven, había estado por todo el mundo. Su cabello era rojo, llevaba unos tacones altos y tenia unas formas bellas, que se acentuaban en todas partes de su cuerpo.

Lo único que siento es que mi edad no fuera adecuada al hecho de concertar una cita con ella.

Cuando entró en nuestro piso, toda la atmósfera se llenó de una fragancia exótica y seductora, fragancia que mas tarde a lo largo de mi vida reconocí como el olor típico de un burdel. En aquel momento, no tenía idea de lo que estaba inhalando. Realmente era un olor excitante, nunca anteriormente había olfateado algo parecido.

Mi tía era extraordinariamente hermosa y, cuando me miró, sonrió con un aire de admiración. Volviéndose hacia mi madre, le dijo:

¿Sabes Inés? Tu hijo tiene los ojos pardos más grandes y más hermosos que he visto.

Hasta aquel momento, jamás había pensado en mis ojos. ! OH ¡Sabía que era miope, pero nunca se me había ocurrido que mis ojos tuvieran algo fuera de lo normal.

Consciente desde ahora de mis encantos recién descubiertos, alcé mis cejas tanto como pude y clavé mi mirada en ella. No volvió a mirarme, pero yo proseguí observándola fijamente con la esperanza de que, si mis ojos seguían penetrándola, ella me pagaría con un nuevo cumplido.

Pero, no. Estaba muy ocupada charlando con mi madre y, por lo visto, se había olvidado completamente de mí. Empecé a moverme de un lado para otro frente a ella, esperando que volviera a decirme algo adulador acerca de mis grandes ojos pardos.

Al cabo de un rato, las órbitas de mis ojos empezaron a dolerme a causa de aquel esfuerzo desacostumbrado y su perfume iba mareándome cada vez más. Parecía que aún me era imposible atraer su atención. Sin embargo, desesperado por lograr otro elogio referente a mis ojos, empecé a toser.
No se trataba de una tos suave y discreta, sino una tos constante. Como resultado de aquella tos, empezó a dolerme la cabeza. No obstante, a pesar de mí esfuerzo, no volvió a fijarse en mí.

Abandone la habitación con fiebre pero muy feliz, ante el primer cumplido que recibí de una mujer..., aunque solo fuera de mi tía.

Pasó mucho tiempo antes de que me mirara en el espejo y descubriera que mis ojos son verdosos

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Pensamientos tontos un día que tienes tonto

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Muchos estudios me parecen bobos, estúpidos y bastante inútiles. El álgebra y la geometría son instrumentos ideados para amargar la vida de los débiles e inmaduros estudiantes.

Quizás no sea cómico decir esto. ¿Pero vale la pena discutirlo?

He leído muchos libros de famosos y expertos catedráticos que se dedican a explicar la base del tema este y, --pregunto-- ¿porque el vecino de la puerta de al lado de mi piso no lo sabe?

Creo que todos los estudiantes llegaran a saberlo por esfuerzo y por todos los errores que harán

Si el estudiante tiene cierta inventiva, poco a poco ira destacando y saliendo para sacar nota.

PERO NO SIRVE PARA NADA…al final 2+2= 4…

Con una...Crisis tan galopante como la actual, no se les pondrá tan fácil ni a ellos, ni a nosotros

lunes, 23 de noviembre de 2009

El Banco y mi tarjeta

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Salgo pronto de casa, quiero poner gasolina y sacar dinero de algún cajero automático

Voy primero al cajero automatico, pongo la tarjeta y hace rum, rum barrabum y patapum…y en una pantallita, sale una nota diciendo que se queda con la tarjeta por estar caducada, ¡¡¡una tarjeta que ayer mismo use para pagar un libro!!!

¡¡¡Ahora que hago!!!, pues, entro al Banco, les pregunto y les explico, un momento me dicen, y a los diez minutos cuando ya estaba fuera de mis casillas, sale un Sr. con traje, corbata, zapatos, o sea , una caca de pollo,

--me dice-- soy el Director y no le puedo devolver la tarjeta por estar caducada

Con rápidos pensamientos le digo que me hace falta dinero para poner gasolina al coche, y tal y tal…que me de algo en contra de mi carnet de identidad (DNI)

Sonríe y me cuenta una historia de amor que me fui sin ni un euro.

Estoy en la mañana de hoy y de momento todo tranquilo,
si pasa algo ya os lo cuento ¿OK?

Son las 11.33 AM

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Las cosas se mueven solas

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No hay ninguna duda por mi parte de que todas las cosas se mueven solas…veréis que este verano estando en una playa donde hay esas casetas para cambiarse de ropa, decidí tomar una de estas para desvestirme y dejar todos mis cosas

Voy hasta la orilla…procuro tender mi toalla enfrente de la caseta, mojarme y secarme al sol para broncearme un poco, caso es que el sol desaparece y hace fresco…muchos se tumba incluso cuando no hay sol.

Decido secarme en la caseta puesto que el fresquito es de pelotas…pero no encuentro ni la llave ni la toalla, no estaban en el sitio que las deje.

Alguien pasaría por allí y habrá tenido la idea de servirse de mi toalla, aunque el color no le gustar

Decido abandonar la búsqueda, y voy con pasaos rápidos hacia la caseta para destrozar la puerta a patadas y poder entrar a por mis cosas…cuando veo mi toalla tumbada en la arena y junto a ella mi llave. ¡Qué cosas! ¿Cómo es posible que se movieran en tan poco tiempo?

Estaros atentos y veréis que las cosas se mueven solas, y recordad si habréis tenido alguna vez trances parecidos.

Hasta la próxima y saludos a todos

lunes, 16 de noviembre de 2009

Llego la tranquilidad para los Gauchos

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Mi Tito dejo los caballos y los Gauchos, ahora escribe para los periódicos, pero su oficio es caminero

También mi tía es capaz de conducir el camión y, cuando mi tío tiene que hacer viajes largos, tita conduce mientras su marido duerme en el jergón de la cabina.

Su camión es un de gasolina, ultimo modelo. Es muy bonito, y en lo alto de la cabina, por delante, esta escrito en grandes letras


A mi tío le pasa lo mismo que me pasa a mí, y es que ahora vive muy bien, y más tranquilo

jueves, 12 de noviembre de 2009

Generales como moscas

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Un día decidí marcharme a San Felipe, empecé a caminar durante cinco horas, ya de noche y en la llanura, con solo veinte pesos en mis bolsillos, decidí hace una hoguera para entrar en calor, cansado me acurruque junto a una mata quedándome dormido.

Un ruido de chirriar de ruedas me despertó, ¡Vaya! -- exclame – Por suerte hice la hoguera en la vía del tren, y este es el motivo de su parada.
Como paro justamente a la altura de la mata donde estaba recostado, aproveche la oportunidad para colarme en un vagón.

Ya de día llegue a San Felipe, no sabia donde ir, pero por fortuna encontré a mi tío junto con otro hombre y una carreta

-- ¿A dónde vais? – les pregunte --
-- Adonde nos parece – respondió el hombre.
-- Bien – si es así. Me voy con vosotros

En la carreta había una gran caja, pero los caballos eran fuertes y anduvimos a buen paso durante todo el día y toda la noche, al poco rato ya pudimos divisar el Pacífico.

Mi tito, aquel hombre y yo trasladamos la caja a una diminuta ensenada donde aguardaba un vapor.

La caja fue izada a bordo.
-- ¿Todo bien? -- pregunto el capitán del vapor --
-- Todo bien – respondió mi tito

El capitán mando abrir la caja. En su interior había un señor atado y muy bien amordazado.

Pensé que aquel viaje debía de haberle sacudido bastante, pero apenas le sacaron la mordaza y acercado a los labios un vaso de aguardiente recobro inmediatamente la moral y aulló:

-- ¡¡¡Caramba!!!

Y le volvieron a poner la mordaza

-- ¿Ha oído que voz? Le dijo el conductor amigo de mi tío, al capitán
-- Una buena voz lo es todo -- contesto el capitán –
--Dos mil – ofreció el capitán –
-- Dos mil quinientos –replico mi Tío
-- El ultimo que trajisteis no nos gusto nada – afirmo el capi –
-- ¡No lo habrán sabido utilizar! -- replico el amigo de tito –, en Santiago están cotizadísimos.
-- Dos mil trescientos y ni un centavo más – contesta el capi – Consideren que no tiene ni siquiera uniforme
-- Mi tío se puso el dinero en el bolsillo y volvimos a la carreta, mientras el vapor se hacia a la mar.

--Le pregunte a mi Tito --¿ya no trabajas con caballos?
--No –contesto mi tío --, ahora trabajo en suministros de guerra. Vendo generales a los mexicanos.
Cada año hay en México tres o cuatro guerras internas y faltan los generales, aquí pasa lo contrario no hay guerras y sobran generales, tantos como moscas en una caca. Es un trabajo cansado, pero da satisfacciones.

Creo que os falta lo que a mi me sobra...comentaremos las posibilidades para un futuro

martes, 10 de noviembre de 2009

Viaje para visitar a mi tío

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El hecho que voy a contar me sucedió, pues, cuando estaba en la Argentina y hacia de camarero.

Un tío mío había ganado una fortuna comerciando con caballos gracias a su gran prudencia...Tengamos en cuenta que un caballo no es como un saco de maíz o un saco de patatas, un caballo es una bestia que puede romperse una pata, hincharse como un globo, o escaparse y no dejarse ver mas el pelo. Si compras a buen precio, puede suceder que no ganes nada o incluso que llegues a perder dinero.

Por eso mi tío solo se limitaba a venderlos, y dejarse de estos riegos de perder dinero.

Se necesita tener muy buen ojo, como se suele decir: tienes que saber seleccionar el mejor caballo de la manada y saber agarrarlo por el cuello con una buena lazada en pocos segundos.

Además hay que asustar al gaucho con un disparo al aire desde una prudente distancia de unos cien metros.
Por eso mi tío me comenta siempre que cabalgamos por la pampa, que el buen Dios dice “no mataras”y “no robaras”. Yo no robo, solo Comercio -- me dice --

Que el comercia honradamente, solo cobra veinte pesos por caballo…que seria diferente si los cobrase a trescientos pesos cada pata, que eso si que seria un robo.

Pero un buen día mi tío me dejo una nota pegada a la puerta de la casa:

<Durante un par de años conviene que trabajes en otro sitio. Mientras, mantente alejado de los sitios habitados. Un maldito gaucho me ha jugado una mala pasada. Mientras le disparaba una bala a la oreja derecha para asustarle con el zumbido, se ha girado de perfil, y la bala para llegar a la oreja derecha, ha tenido que entrar por la izquierda. ¡No te fíes de los gauchos! Como ves, son peligrosos>

Me marche entonces a la pampa y cuando estuve lo bastante lejos de casa me puse a trabajar para no morir de hambre. No pensaba en lo mas mínimo escribir para los periódicos.
Empecé a caminar por la pampa y me entro un odio profundo a los caballos, hacia aquellos bichos estúpidos que habían incordiado tanto a mi tío. Regale mi caballo bayo a un viejo que, aprovechando una distracción mía, me apuntaba con su pistola, se lo entregué todo porque me dio mucha pena. No quiso mi sobrero porque decía que le iba estrecho.
Nunca he comido carne de caballo... ¡quien sabe si Mcdonals! jeje